El Krill son crustáceos parecidos al camarón, que se encuentran en los mares del Norte (Ártico) y del Sur (Antártida). Euphausia Superba, la especie más abundante de krill, es la mayor biomasa del mundo, su numero, se cree que asciende aproximadamente a 400 millones de toneladas métricas. Esto supone una biomasa de casi el doble de la masa de todos los seres humanos en su conjunto.
El Krill puede crecer hasta 6,5 cm, vive durante 5-7 años y tiene una tasa de reproducción rápida. Debido a su corto ciclo de vida y su ambiente prístino, el krill está libre de toxinas como el mercurio y las dioxinas. Estas en cambio se encuentran a menudo en los peces con vida más larga como el atún y el salmón, que acumulan las mismas en sus tejidos grasos durante años.
Además, el Omega-3 en el aceite de krill viene en forma de fosfolípido y por esto es absorbido y utilizado más fácilmente por los seres humanos. A diferencia de otras fuentes de Omega-3, el aceite de krill también tiene un potente y natural antioxidante que impide el propio deterioro del aceite, dándole estabilidad y una larga vida útil.
Gracias a estos hechos, el krill es considerado una fuente ideal sostenible de los Omega-3 para el ser humano y para los mamíferos en general.
¿Pero, que es el Krill? ¿Por qué es bueno tomar aceite de krill?
El aceite de krill es una rica fuente de Omega-3 que se suministra al organismo en forma de fosfolípidos convenientes. Del mismo tipo que se encuentran en la leche materna humana y facilitan la salud y absorción eficiente de los nutrientes de los lactantes.
Los seres humanos evolucionaron de tal manera que los fosfolípidos son la forma ideal de ácidos grasos Omega-3. La dieta occidental actual proporciona sólo pequeñas cantidades de estos fosfolípidos imprescindibles. Sólo el 5 por ciento del total de la ingesta de grasa son de esta clase y mucho menor de la clase específica encontrada en el aceite de krill.
El buen funcionamiento de las células, tejidos y órganos del cuerpo, en particular el hígado y el sistema nervioso, se ve afectada por la biodisponibilidad de varios ácidos grasos de fosfolípidos, tales como los que se encuentran en el aceite de krill. La ciencia ha revelado que los fosfolípidos son imprescindibles para el equilibrio sano de azúcar en sangre y para ayudar a reducir los niveles de colesterol alto.
A diferencia de los triglicéridos que se encuentran en el aceite de pescado; los fosfolípidos de aceite del krill son dispersables en agua y no necesitan sales biliares para ser digeridos. Esto significa que son mejor tolerados en el estómago, ya que no flotan en la superficie del contenido estomacal, pero sí se mezclan con los líquidos, mejorando así la absorción en el torrente sanguíneo y reduciendo la posibilidad de un regusto de pescado.
Por el contrario, los triglicéridos que se encuentran en el aceite de pescado normal, no son solubles en agua y requieren la emulsificación por sales biliares, lo que ralentiza la absorción. Esto introduce más tensión en el sistema digestivo y lleva a no deseados eructos a pescado.
Evidencia científica lo ha convertido en un superalimento
La superior absorción y la forma de utilización de fosfolípidos de ácidos grasos Omega-3 en el cuerpo humano ha sido demostrada científicamente. Los ácidos grasos de los fosfolípidos de la dieta son absorbidos por el cerebro dos veces mejor que los ácidos grasos de los triglicéridos. Las pruebas realizadas evidencian notables mejoras en temas tan distintos como el cabello o la salud de nuestros perros y gatos.
Conclusión, ¿Qué es el Krill?
Un superalimento, que en modo de aceite de krill es la forma ideal de Omega-3. Sus fosfolípidos son dispersables en agua, se mezclan con el contenido del estómago en lugar de flotar en la superficie por lo que es más fácil de absorber y libre de cualquier sabor a pescado y los desagradables efectos de los suplementos basados en pescado.